Cumbre de Sicilia con sus 3350m de altura, el Monte Etna es el volcán activo más conocidos en Europa. El Etna es sin ninguna duda uno de los sitios más interesantes de Sicilia, no sólo por el espectáculo que ofrece su actividad volcánica, sino también por miles de rutas de senderismo que ofrece.
Dado que el volcán está en actividad constante, el paisaje está en permanente evolución. Las erupciones tienen lugar sobre todo en el área de la cumbre. Se manifiestan en forma de actividad estromboliana o con penachos de vapor y ceniza que a veces pueden ser de considerable intensidad. En sus vertientes podemos contar unos 300 cráteres, cada uno el resultado de una única actividad explosiva. En la parte superior, 4 cráteres están en actividad permanente. Piano Sapienza sur y Piano Provenzana norte son los sitios de partida para la mayoría de los caminos. La elevada altitud del Etna ha dado lugar a un microclima relativamente húmedo que contrasta con el clima mediterráneo que reina al pie del volcán. Ésto junto a la fértil tierra volcánica permite el desarrollo de la agricultura con especies que adquieren caractéristicas organolépticas peculiares y de altísima cualidad: en las pendientes del volcán se cultivan limoneros, las célebres naranjas rojas de Sicilia, el afamado pistacho de Bronte, vidueňos autóctonos típicos como el Nerello Mascalese y el Nerello Cappuccio (tintos) y el Carricante y el Minnella (blancos).
Más allá de 1500 m la vegetación se hace más rara hasta desaparecer por completo. Muchas especies de plantas son endémicas del Etna. Por lo tanto ir de viaje por el Mongibello (como los sicilianos lo llaman) no sólo significa estar en contacto con la naturaleza sino también con el arte, la cultura, la gastronomía y enología propuestos por los pueblitos que albergan en él.